Guillermo: “Cuando tenía diecisiete años, comencé a probar los vicios. Fue tras la separación de mis padres. Esa situación me había generado bronca y odio, entonces me involucré en el consumo de cigarrillos, las pastillas e inhalaba pegamento. Sin embargo, sentía que el vicio no me hacía nada.
Me iba de mi casa y continuaba consumiendo ácidos, los mezclaba con cocaína y alcohol. Siempre estaba con la botella de cerveza en el auto.
El peor momento de mi vida fue cuando quise conocer muchas mujeres y hombres, y eso me llevó a contraer una enfermedad incurable. Eso me hizo tocar fondo.
También estaba en la delincuencia. Tenía armas y comencé a tener pensamientos de muerte. No comía, no salía, no vivía y nadie me visitaba. Salía en las madrugadas, compraba una bolsa de droga, me encerraba con eso, pero al otro día estaba igual.
Hasta que un día un familiar fue a golpear la puerta de mi casa y me invitó a la reunión de la Cura de los Vicios. Acepté porque quería salir de esa situación, pero solo no podía. Comencé a participar y puse en práctica todo lo que se decía.
Usé mi fe, perseveré y Dios me liberó de los vicios, los malos pensamientos, comencé a cambiar mis actitudes y recuperé a mi esposa.
Yo había llegado a la iglesia desempleado, pero ahora tengo mi negocio, mi propia empresa, mi auto cero kilómetros. Desde hace catorce años que estoy libre de las adicciones y tengo una vida transformada”.
Participe del Tratamiento para la Cura Definitiva de Todos los Vicios, a las 15 h, en la Universal más cercana de usted.