Muchas mujeres manejan su vida y sus proyectos a través de las emociones y terminan dependiendo de los altibajos de su humor.
Un día están dispuestas a emprender todo tipo de cosas y al día siguiente no tienen fuerza ni para levantarse de la cama.
El problema de ser inconstante es que el tiempo va pasando y lograr lo que una se propone se vuelve algo inalcanzable. Es por eso que después aparece la frustración por lo que pudo ser y no fue. Para lograr sus objetivos es necesario que esté decidida a dejar de lado sus emociones. Es necesario que esté dispuesta a enfrentar lo que sea para alcanzar lo que se propone.
Muchas mujeres descuidan su vida espiritual por la falta de constancia. Se prometen a sí mismas y a Dios que van a leer la Biblia, orar y ayunar, lo hacen durante varios días y luego dejan de hacerlo, poniendo en riesgo su relación con Dios. Por eso, es necesario que deje la inconstancia y luche para alcanzar sus sueños.
Sea más decidida y sobre todo cuide su vida espiritual porque solo aliada con Dios, podrá dejar de ser inconstante y tendrá la oportunidad de realizar lo que se propone.
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