¿Usás los puños o actuás con inteligencia?
En la actualidad, parece que perder la cabeza ante las provocaciones se volvió algo común. Las diferentes situaciones cotidianas que involucran discusiones, como las que suelen suceder en el tránsito, en el trabajo, con compañeros y proveedores, o en casa, con el cónyuge y los hijos, por ejemplo, demuestran la facilidad que las personas tienen de perder el control.
La conducta que muchos hombres tienen ante los conflictos que podrían resolverse de manera inteligente, con diálogo o simplemente dejando de provocar al otro. Muchos hombres decidieron usar las manos en lugar de pensar antes de actuar.
Hay quienes digan y defiendan que, al contratacar con agresión, el ofendido actúa para preservar su imagen, pero, como está escrito en la Biblia, el orgullo viene antes de la caída:
“Delante de la destrucción va el orgullo, y delante de la caída, la altivez de espíritu”, Proverbios 16:18.
Muchos no se dan cuenta de que las discusiones y los insultos ya indican falta de inteligencia durante conflictos que pueden y deben evitarse. La Sagrada Palabra es un excelente manual de vida y nos orienta en Efesios 5:4:
“… ni obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no son apropiadas, sino más bien acciones de gracias”. Efesios 5:4
Después de todo, estamos queriendo decir que cada hombre debe aprender a controlarse y a usar la inteligencia y no las emociones. Aunque no sea un cambio simple de hacer, hay un camino para eso y debe ejercitarse diariamente. Guiate siempre por la Palabra de Dios, por cumplir la disciplina y la obediencia. Puede ser difícil, pero, incluso en una época de insensatez como en la que vivimos, en la que el mal está libre, seduciendo a los desprevenidos, aún podemos permanecer indiferentes ante las provocaciones de cualquier naturaleza.
El esfuerzo es más que válido y el tiempo siempre mostrará que el ejemplo de una conducta recta será seguido por tu familia y los que te rodean. A pesar de que los comentarios que más se escuchan exalten las actitudes equivocadas, clasificándolas como correctas, es responsabilidad de cada hombre actuar con inteligencia, teniendo en cuenta que él es el líder espiritual de su familia y no debe maldecir su casa con palabras y conductas inapropiadas. Por eso, resguardá tu vida y la de tu familia en la Palabra de Dios.
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