Karen había pasado por una infancia muy difícil y eso repercutía en su relación con Emilio: “En mi casa había mucha violencia, a los 5 años comencé a sufrir abusos, eso arruinó mi niñez, después mi mamá me abandonó. Comencé a fumar y a tomar, también consumía marihuana y cocaína”, recuerda Karen.
“Mi infancia también fue dura, mis padres peleaban y el dinero no alcanzaba. En la adolescencia comencé a consumir cocaína”, señala Emilio.
“Él me pedía que dejara de drogarme y no podía, le mentía diciendo que lo había dejado. Estuve al borde de la muerte por una sobredosis, entonces decidí buscar ayuda”, reconoce ella.
En esa época, Emilio llegó a la Universal y al participar de las reuniones fue cambiando. A Karen le costó, pero un día se dio cuenta de que ella necesitaba tener un encuentro con Dios, se dispuso a buscar Su ayuda y Él fue transformando su interior. “Dejamos las drogas y nos casamos, somos felices juntos. Hoy sonreímos porque el pasado ya no nos domina”, concluye Karen.
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