Carolina tenía el sueño de formar una familia. “Por eso, cuando conocí a mi esposo, nos juntamos”, relata y agrega: “Al principio, todo iba bien, pero, tiempo después, surgieron los conflictos y distanciamientos. No nos poníamos de acuerdo y el amor se había enfriado. Además, tenía angustias, tristezas, complejos, era una persona muy rencorosa y vengativa. Aparentaba ser fuerte, pero no lo era”.
Un día, de manera sorpresiva, su pareja le anunció que se iría de la casa. “No entendía nada. Tenía toda mi expectativa puesta en él. Si bien teníamos problemas, al mismo tiempo queríamos estar juntos porque nos extrañábamos. Sin embargo, luego supe que él había conocido a otra persona. Entré en un pozo de desesperación y de depresión. Hasta tuve el deseo de quitarme la vida”, señala.
Tiempo después, él volvió a buscar a Carolina. Ella recuerda: “Me invitó a ir a la Terapia del Amor. Le dije que sí, pero solo fui por él, no pensaba que allí fuera a encontrar una solución para mis problemas. Sin embargo, vi una luz de esperanza en ese lugar. Cuando participé de la reunión, descubrí que había actitudes en mí que habían afectado a la relación. Lo culpaba a él de todo y le exigía mucho, pero yo también tenía que poner de mi parte”.
“Él me había propuesto volver a estar juntos, pero, con base en lo que había aprendido en las charlas, le dije que teníamos que hacer las cosas bien. Primero, me enfoqué en mí. Entendí que tenía cosas que solucionar. No fue fácil porque había mucho para sanar en mi interior. No solo tuve que perdonarlo a él, sino también a la otra persona con quien tuvo una hija”, explica.
Después de un tiempo, cuando sintieron que sus vidas ya estaban restauradas, volvieron a iniciar la relación. Al respecto, Matías comenta: “El Espíritu Santo hizo que todo se renueve, yo arrastraba situaciones de la infancia que habían afectado a la pareja. Mi padre había engañado a mi mamá y desaparecido por alrededor de un año. Había muchas cosas que no entendía porque era muy niño, pero yo aseguraba que no iba a ser como él, porque veía el sufrimiento de mi madre, el maltrato y los golpes. No quería eso para mi familia, pero terminé cometiendo el mismo error”.
“Sin embargo, cuando empecé a participar de la Terapia de Amor, todo cambió. Hoy estamos muy bien, felices, tuvimos una hija y aprendimos a ser padres. Es un nuevo rol que tenemos que cumplir y todo lo que aprendemos en las reuniones de los jueves nos ayuda. Con el Espíritu Santo todo es diferente”, concluye.
Ellos asisten a la Iglesia Universal ubicada en Av. Rivadavia 7258, Flores, CABA.
Participá de la Terapia del Amor, los jueves a las 8, 10, 12, 16 y especialmente a las 20 h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro.
Si querés saber dónde se realiza en tu localidad o provincia, comunicate con nosotros a través del S.O.S del Amor al 11 2858 4265
Sintonizanos de lunes a viernes, a las 12 h, por Red Aleluya (FM 106.3)
Mirá nuestro programa “Buscando el Amor” de lunes a viernes, a las 2 h, por unifetv.com
*Facebook: Terapia del Amor Argentina
*Instagram: Terapia del Amor Argentina
*Telegram: Terapia del amor Argentina