«Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció, y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de Mí, y sé perfecto». Génesis 17:1
«Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán Ríos de Agua Viva». Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado». Juan 7:37-39