Esta es una época muy importante en la historia de la humanidad. Entendé.
Durante la Semana Santa, los cristianos suelen ayunar, orar, buscar la comunión con Dios y participar de los momentos de unión en la iglesia.
Semana Santa:
La Semana Santa comenzó en el Domingo de Ramos y terminó en el Domingo de Resurrección, con la resurrección de Jesucristo. Mirá lo que dice la Biblia sobre cómo fue este período:
Domingo de Ramos:
Jesús entra en Jerusalén y es recibido por una multitud que lo aclama como Rey. De esta manera, este evento pasó a conocerse como la “Entrada Triunfal”.
Aquel pueblo, días después, gritaría: “¡Crucifícalo!” Este tipo de actitud por parte de las personas ilustra muy bien lo que es la fe emotiva. Esto es cuando las personas tienen una fe sujeta al momento y a lo que sienten.
Lunes:
En Marcos 11:12-19, vemos que Jesús salió de Betania y, teniendo hambre, vio una higuera. Sin embargo, no halló fruto en ella. No era tiempo de frutos, pero la higuera tenía la apariencia de que los tenía (el follaje lo indicaba). Este acto nos muestra el poder magnífico de la fe al hablar incluso con cosas inanimadas.
Además de esta enseñanza, la lección que obtenemos también es que Dios no se impresiona con la apariencia religiosa. Sabemos que la higuera era un símbolo de Israel.
De manera análoga, por la Biblia vemos que el pueblo era religioso, los líderes hacían un “teatro” religioso, pero no tenían el verdadero fruto de la fe.
Martes:
En los capítulos 11, 12 y 13 de Marcos, vemos que fue un día lleno de acontecimientos para el Señor Jesús. Los discípulos regresaron al lugar donde estaba la higuera, que se había secado, y Jesús dejó un ejemplo de fe con ella (sabemos que podemos ordenar incluso sobre las enfermedades, por ejemplo, determinando la sanidad de alguien).
Él también enseñó sobre el perdón y sobre el mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo (en otras palabras, hacer lo correcto hacia las personas).
Jueves:
Posteriormente, Jesús celebra la Última Cena con Sus discípulos y deja una serie de mensajes importantes, que pueden leerse en el evangelio de Juan, del capítulo 12 al 18.
En Mateo 26, podemos recordar el perfume que María, hermana de Lázaro y Marta, derramó sobre Jesucristo, en preparación para el sacrificio que Él haría.
Viernes Santo:
Jesús es juzgado, condenado, torturado y crucificado para que la humanidad tenga la oportunidad de la salvación eterna.
Sábado de Gloria:
El cuerpo de Jesús es llevado al sepulcro y los discípulos lamentan Su “muerte”. Al atardecer del día anterior, un hombre rico llamado José, proveniente de Arimatea, quien era discípulo de Jesucristo, pidió el cuerpo a Pilato para enterrarlo.
Domingo de Resurrección:
Por último, Jesús resucita y hace varias apariciones, la primera fue a María Magdalena.
En Apocalipsis, encontramos a Cristo ya glorificado:
“Cuando Le vi, caí como muerto a Sus pies. Y Él puso Su mano derecha sobre mí, diciendo: No temas, Yo soy el primero y el último, y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades”. (Apocalipsis 1:17-18).
Qué hacer:
Por lo tanto, este es un período de mucha reflexión espiritual. Es el momento ideal para acercarnos a Dios y evaluar cómo hemos conducido nuestra vida delante de Él.
Porque la humanidad iba rumbo a una separación eterna del Creador. Pero Dios creó una solución para evitar esa tragedia.
En otras palabras, Jesucristo murió en la cruz para intercambiar Su vida por la nuestra. El salario del pecado es la muerte (Romanos 6:23). Entonces, Él pagó el precio de nuestros pecados con Su muerte.
Es, como mínimo, prudente buscar entender de qué se trata realmente este período y cuál es su importancia.