Miércoles de lavado de pies en la Catedral de San Miguel, con la visita del Obispo Julio.
«Clama a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces». Jeremías 33:3
A través del Clamor de fe, todos los presentes pudieron obtener la Respuesta Divina ya que, quién confía y coloca su esperanza en el Señor, logrará conocer lo grande e inaccesible que Él promete en Su Palabra: vida espiritual, paz, alegría, certeza de la salvación, una vida completa…
¡No paremos de clamar por aquello en nosotros que aún no glorifica a Dios!
¡La Salvación depende de nuestra perseverancia! ¿En qué área de nuestra vida, Dios está trabajando?
Dios trabaja en nuestra vida espiritual, cuando se lo permitimos. Así como trabajó en sus siervos: Noé demoró 100 años pero esa forma, pudo garantizar la salvación de su familia, Abraham esperó 25 años por una respuesta. Y así, son varios ejemplos de hombres de fe, que Dios moldeó.
Aquel que da frutos, no será cortado. Si doy frutos, seré limpio para seguir creciendo, frutos de indignación contra aquello que nos aparte de Dios.
El tiempo de Dios es preciso, necesario y precioso. La preparación, procederá al propósito. Una vez trabajado nuestro carácter, se podrá confirmar nuestro llamado: ¡El llamado a seguir a Jesús!
El tiempo de Dios produce: confianza, madurez y fe.
Surgió entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. Juan 3:25
Juan fue espiritual y no se dejó llevar por los celos, envidia o comparaciones. No permitió que sus inclinaciones humanas, tocaran en la Gloria de Dios.
Así como Juan blindó y guardó su fe, ¡debemos seguir ese ejemplo!