Quien realmente confía en Dios, renuncia al deseo íntimo de estar en el control y de entender lo que Él está haciendo.
Sí, ¡así es! Para generar un milagro en nosotros y en nuestro alrededor, pasaremos por el dolor.
Un dolor que no se ve en Instagram, que no se puede notar en las fotos y que no alivia con consuelo humano.
Este es el precio de ser testimonio de un milagro.
Forma parte del proceso confiar plenamente en que Dios sabe cómo y el tiempo correcto de hacer.
¡Dejá de torturarte! ¡Dejá de leer precipitadamente las situaciones!
Ya está escrito, hay un límite para nuestra comprensión y es en esta falta de entendimiento, que entra la verdadera confianza del hijo en su Padre.
Entonces, si hay alguien aquí que hoy está viviendo una difícil espera por la respuesta de un clamor, entregale el control del tiempo, de cómo será, y creé que valdrá la pena cada día de confianza en la fidelidad del Todopoderoso.
«Él ha hecho todo apropiado a Su tiempo. También ha puesto la Eternidad en Sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin». Eclesiastés 3:11
Núbia Siqueira