La justicia del mundo no debería fallar, pero falla porque está hecha por el hombre, y estos se equivocan.
Pero la única manera de reparar el dolor de una injusticia es por medio de la Fe, ejercitándola de manera Bíblica e Inteligente.
Solo Dios juzga las causas que el hombre no puede resolver.
El Obispo Julio dijo que no debemos aceptar que las injusticias prevalezcan en nosotros, sea en el carácter o en las demás áreas de la vida. Pues, Jesús y Sus Discípulos tampoco las aceptaron:
“Y por ellos Yo Me Santifico, para que ellos también sean Santificados en la Verdad”, Juan 17:19.
Se transmitió la historia de Santiago, una persona que fue depresivo desde la infancia. En la adultez, pensó que llenaría el vacío que sentía si tenía una pareja o hijos, pero no fue así. También buscó llenarlo con amistades y drogas, pero ese sentimiento permanecía. La quiebra de su matrimonio fue el fondo del pozo.
Santiago aceptó una invitación de ir a la Universal, pero era inestable en su Fe, al punto de alejarse de la Presencia de Dios.
Hasta que un día decidió regresar y bautizarse. Quería el Espíritu Santo, por lo que hizo la Hoguera Santa para poner a Dios en Primer Lugar.
Hoy es diferente, su carácter cambió por completo y su matrimonio está bendecido.
El Obispo dijo que los errores de muchos es priorizar la solución de los problemas y no la transformación, acomodarse con la situación en la que están y postergar la decisión de regresar a Dios.