Lea y medite en Romanos 6, y sea libre del yugo del pecado.
«… sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado;
porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado.
Y SI HEMOS MUERTO CON CRISTO, CREEMOS QUE TAMBIÉN VIVIREMOS CON ÉL,
sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; YA LA MUERTE NO TIENE DOMINIO SOBRE ÉL».
Romanos 6:6-9