«Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando;
y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello.
Y le dijeron que pasaba Jesús Nazareno.
Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a Su presencia;
y cuando llegó, le preguntó,
diciendo: ¿Qué quieres que te haga?…». Lucas 18:35-41
