La labor social desarrollada por la Iglesia Universal del Reino de Dios en Argentina ha marcado una diferencia concreta en la vida de decenas de miles de personas en situación de vulnerabilidad a lo largo del país. Y si vos también estás pasando por un momento difícil, vale la pena conocer lo que esta obra puede significar en tu vida.
A través de programas solidarios y asistencia espiritual, emocional y material, la Iglesia ha fortalecido una presencia activa y transformadora en áreas clave de la sociedad, desde cárceles hasta hospitales, y desde barrios humildes hasta situaciones de catástrofe.
Presencia en las cárceles: dignidad y esperanza tras las rejas
Uno de los pilares fundamentales de este trabajo ha sido el acompañamiento espiritual dentro del sistema penitenciario argentino. Voluntarios y pastores visitaron 310 unidades penitenciarias, brindando orientación y apoyo a más de 14.000 internos, no solo con palabras de fe, sino con herramientas reales para transformar su vida familiar, emocional y personal.
Muchos de estos internos tomaron decisiones importantes. Se celebraron 231 nuevos matrimonios y 117 personas comenzaron un proceso de sanación de traumas y reconstrucción de vínculos.
Fe en los hospitales: presencia en los momentos más frágiles
En hospitales de todo el país, pacientes y familiares recibieron palabras de fe, escucha activa y contención emocional justo en los momentos más críticos. En esos pasillos de incertidumbre, la Iglesia ofreció consuelo, esperanza y apoyo espiritual.
Cuidando a los mayores con amor
Conscientes del abandono que muchas veces sufren las personas mayores, la Iglesia desarrolló actividades para adultos mayores, beneficiando a miles. A través de estos encuentros, vos podés ver cómo se promueve la integración, el respeto y un acompañamiento espiritual que devuelve dignidad a quienes tantas veces han sido olvidados.
Ocho toneladas de alimentos que llegaron donde más se necesitaba
En materia de ayuda alimentaria, el impacto fue inmenso: se distribuyeron canastas básicas que totalizaron ocho toneladas de alimentos, alcanzando a más de 65.000 familias. En medio de una difícil situación económica, esas familias encontraron alivio y una mano extendida en el momento justo.
Un plato caliente y una palabra que reconforta
También se brindó ayuda directa a personas en situación de calle. Durante las noches frías, recibieron un plato de comida caliente, junto con un mensaje de fe y consuelo que muchas veces vale más que el alimento mismo.
Además, se entregaron 673 kits de ropa a quienes más lo necesitaban, especialmente en emergencias sociales, situaciones climáticas extremas y durante el invierno.
Donar sangre es donar vida
A través de campañas de donación voluntaria, más de 6.000 personas donaron sangre, lo que permitió salvar miles de vidas y colaborar con bancos de sangre de hospitales y centros de salud.
Respuesta inmediata ante la emergencia
Tras la catástrofe climática ocurrida en Bahía Blanca, la Iglesia reaccionó con rapidez, distribuyendo 42 toneladas de alimentos y asistiendo a miles de personas afectadas por la inundación.
Una fe que actúa
La acción de la Iglesia Universal en Argentina trasciende lo religioso. Su compromiso social se expresa en hechos concretos, no solo en palabras. Su presencia en hospitales, cárceles, barrios vulnerables y zonas de emergencia es una muestra viva de que la fe sin obras está muerta, pero la fe con acción transforma vidas.
Como vos mismo podés ver, el amor al prójimo, la compasión y la perseverancia son valores que no solo se predican: se practican.