Día 2, 5 de agosto de 2025, el día comienza y el cronograma indicó el recorrido por la ciudad de Cesarea, una ciudad ubicada en una zona costera privilegiada por el acceso a importantes centros urbanos. Cuenta con una población de alrededor de 4.500 habitantes y es la única localidad israelí administrada como un asentamiento comunal.
Cesarea es admirada por la realidad social donde se entrelazan la historia antigua y el desarrollo moderno, ya que cuenta con el puerto artificial de Sebastos, construido por Herodes el Grande, uno de los puertos más grandes y modernos del Imperio Romano, erigido en mar abierto sin bahías naturales.
Y en el Nuevo Testamento, esta ciudad es mencionada en Hechos de los Apóstoles hablando de Pedro, del apóstol Felipe y, especialmente, de Pablo. Fue el escenario donde Jesús les reveló Su identidad a Sus discípulos y donde ocurrieron situaciones como la conversión del centurión romano Cornelio; cada uno de estos hechos forjaron la Iglesia cristiana primitiva, e inspira la reflexión en el compromiso de fe de quien la visita.
La curiosidad es que, en 1961, fue hallada una inscripción romana que menciona a Poncio Pilato como el procurador romano de Judea en el momento de la crucifixión de Jesús. Dicho descubrimiento es una prueba más sobre la vida de Jesús y el papel de Pilato como gobernador romano en Judea y su relación con los eventos narrados en la Biblia.
Antes de almorzar, el recorrido se detuvo en un lugar mundialmente conocido: Nazaret. El lugar donde el Señor Jesús creció y donde vivió con Sus padres, José y María. Si bien nació en Belén, la ciudad que lo vio crecer fue Nazaret. Conocer el lugar de infancia de Jesús es, por lo menos, recordar las veces que cada fin de año nos reunimos en familia, ofrecemos perdón y nos proponemos volver a empezar.
En el almuerzo, las visitantes consultaron por el contexto político y social de la región debido al conflicto árabe-israelí, pero esta zona está alejada de esa realidad.
La tarde fue uno de los momentos que quedarán grabados en la retina, un paseo en barco por el Mar de Galilea, un lugar llamativamente desconocido.
Esta gran cuenca de agua dulce, que tiene una longitud de 21 km, un ancho de 12 km y que se encuentra a unos 212 metros bajo el nivel del mar, provee alrededor del 30% del agua potable para el riego, el consumo de Israel, apta para la pesca y abastece el área agrícola.
Las características de este coinciden y reafirman que se trata del mar en el que Jesús llama a Pedro y a su hermano Andrés a seguirlo y a que sean pescadores de hombres. El mar de Galilea fue testigo del momento en el que Jesús selló Su misión y la de Sus discípulos (leé Mateo 4:18 y Lucas 5:1).
Fue allí donde obró milagros, también allí, habló a menudo del Reino de Dios y alimentó a miles. Junto al Mar de Galilea, Jesús compartió su mensaje más reconocido, posteriormente llamado el «Sermón del Monte».
Terminar el día en Tiberíades, el sitio fundado por Herodes Antipas y reconocido por sus aguas termales y su belleza natural fue un final descansado para rememorar las vivencias del día, disfrutar las fotos y prepararse para estar en Kibutz Tamaras, en Yardenit, en el Parque Banias, el Monte Hermón y el Monte de las Bienaventuranzas.
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