Cada miércoles, el Espíritu Santo nos revela, a la luz de Su Palabra, cómo podemos llegar a ser y permanecer siendo hijos de Dios, no solo para recibir bendiciones, sino principalmente para ser la Propia Bendición
Cuando Dios llamó a Abraham, lo invitó a hacer un desafío: dejar su tierra y su parentela para ir a una tierra desconocida que tenía preparada para él, si obedecía. Y, en los días de hoy, no es diferente.
Dios nos invita a dejar atrás nuestra vieja vida, nuestro yo, nuestras viejas costumbres. Incluso esas conversaciones que solo nos llevan por malos caminos y, en consecuencia, a tomar malas decisiones. Pero cuando creemos y confiamos en que lo que Dios tiene para nosotros es mucho mejor, entonces simplemente obedecemos.
«Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición». Génesis 12:2
Para que Dios pudiera cumplir esta Palabra en la vida de Abraham, primero necesitaba comprobar que él realmente estaba dispuesto a obedecer lo que le pedía.
Muchas veces, Dios nos pondrá a prueba para mostrar dónde está puesta nuestra confianza. Con sus actitudes, Abraham probó que su confianza estaba en Dios y, por eso, se convirtió en la Propia Bendición debido a su obediencia. En otras palabras, renunció a su comodidad para invertir en el sueño que Dios le tenía preparado. Y vos, ¿vas a invertir en el sueño de Dios para tu vida?
Si aceptás invertir en el sueño que Dios tiene preparado para vos, no faltes hoy, principalmente a las 20 h, en la Sede Nacional, ubicada en Av. Corrientes 4070, Almagro, o en la Universal más cercana a tu domicilio.