Elena y John, se llevaban muy mal y eso desgastaba el vínculo entre ellos. “Yo soñaba realizarme formando una familia, pero no fue así, mi sueño se echó a perder. Nos agredíamos verbal y físicamente, llegué al extremo de intentar matarlo, la vida ya no tenía sentido para mí”, relata Elena.
John estaba en los vicios y no tenía la fuerza para cambiar, ni la voluntad para salir adelante: “No pensaba en mi felicidad. No luchaba para salir adelante.
Las discusiones habían logrado que el matrimonio se enfriara. Era duro para mí porque mis hijos veían lo que pasaba entre nosotros”, relata John.
El momento más difícil fue cuando Elena y sus dos hijos se fueron de la casa y no contaban con el dinero para pagar el lugar en el que estaban viviendo. “No tenía ni para darle de comer a mis hijos. En ese momento me invitaron a la Universal y comencé a participar, la familia fue restaurada, la relación cambió y fuimos bendecidos en la vida económica y espiritual. Hoy disfrutamos una nueva vida”, afirma Elena.
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