Una madre camina exhausta por el pasillo del supermercado atestado de carritos cuando su hijo de cuatro años decide que es el momento perfecto para hacer un berrinche. Ella intenta, sin éxito, calmarlo con palabras. De repente, saca su teléfono móvil y se lo da. El niño se calla al instante, mientras la luz azul se refleja en sus pupilas.
En la era digital, este episodio se repite a diario en múltiples escenarios. Celulares, tabletas y computadoras se han convertido en herramientas de entretenimiento para los más pequeños. Sin embargo, su uso excesivo atenta contra el desarrollo infantil.
ESTADÍSTICAS QUE PREOCUPAN
Aunque los especialistas insisten en postergar la exposición de los niños a estas tecnologías, las cifras sobre el uso temprano de pantallas son alarmantes. El informe Kids Online Argentina, realizado por Unicef y Unesco, revela que, en nuestro país, los niños acceden a los dispositivos a una edad cada vez más temprana. Según el estudio, el 83 % de los chicos de entre 9 y 11 años recibió su primer celular antes de los 10. En tanto, esta conducta en los adolescentes que hoy tienen entre 15 y 17 solo se dio en el 20 %.
El mismo sondeo asegura que el 46 % de los encuestados en 300 colegios del país reconoció que el tiempo destinado a los equipos tecnológicos les genera problemas, como menor rendimiento escolar.
EFECTOS NEGATIVOS
Mientras el niño está frente a estos dispositivos, no realiza otras actividades necesarias para su desarrollo, como el contacto con sus pares, el vínculo con la naturaleza, la exploración, los tiempos de espera e incluso el aburrimiento. “Está comprobado que el exceso de pantallas tiene efectos negativos que pueden ir desde una baja en el nivel de atención hasta una menor empatía”, detalla Unicef al referirse a esta problemática.
Pero eso no es todo, este hábito dañino también afecta la estructura del cerebro. Un estudio del Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos demostró que las imágenes de resonancias cerebrales de 4.500 nenes de 9 y 10 años que pasaban largas horas frente a las pantallas mostraron un adelgazamiento prematuro de la corteza cerebral, que procesa las informaciones enviadas al cerebro por los cinco sentidos.
Además, durante el estudio, descubrieron que los menores que pasaron más de dos horas diarias ante las pantallas tuvieron peores resultados en los tests de lenguaje y razonamiento.
La psicóloga especializada en aprendizaje e infancia Marina Gilabert sostiene que “el abuso de pantallas provoca deterioro cognitivo, emocional y psicológico”. Frente a esto, remarca que, para contrarrestar este mal, el rol de los mayores es clave. Al respecto, sostiene: “Somos los adultos los que debemos acompañar el uso de la tecnología, no reemplazar el vínculo con una pantalla”. Para eso, propone compartir tiempo de calidad, ofrecer escucha activa y establecer momentos libres de pantallas.
AYUDA ESPIRITUAL
La Biblia ya advertía acerca de la importancia del rol de los padres. Proverbios 22:6 dice:
“Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él”. Proverbios 22:6
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