En el segundo día de la Jornada al Jardín del Getsemaní, nos preguntamos: “¿Cómo evitar los problemas?”. Con la decisión correcta, la de cambiar nuestra voluntad por la de Dios.
Cuando alimentamos los malos pensamientos y nos enfocamos en los problemas, nos volvemos débiles y nos dejamos llevar por los sentimientos de preocupación, tristeza y miedo, porque perdemos la Dirección del Altísimo.
Por eso, la primera actitud a tomar es reprender los pensamientos negativos y sustituirlos por lo que está escrito. De esta manera, veremos la transformación de nuestra vida.
Como Ricardo (el Caso Verídico que vimos hoy), quien, a causa del orgullo, sufrió problemas en el matrimonio, deudas, amenazas de prestamistas y dos ACV. Sin embargo, al llegar a la Universal, escuchó hablar de la Hoguera Santa y entregó toda su vida en el Altar.
Él recibió el Bautismo con el Espíritu Santo y sus pensamientos cambiaron, su matrimonio fue bendecido, su salud fue restaurada y su interior fue transformado por completo.
Antes de finalizar la jornada, recordamos las palabras del Señor Jesús:
«… no se haga Mi voluntad, sino la Tuya». Lucas 22:42
Este es el secreto, seguir la “receta” del Señor Jesús, que es hacer la Voluntad de Dios para vencer los problemas y los malos pensamientos. Solo así veremos los resultados positivos en nuestra vida.