Natividad viajó al Templo de Salomón y vivió una experiencia inolvidable: “Tuve la oportunidad de viajar, fue algo inesperado, pero tenía muchas ganas de conocer el Templo de Salomón, desde que supe de la construcción. Fue un viaje espiritual, me sirvió para acercarme más a Dios.
El viaje duró cinco días, pero fue increíble, tuve la oportunidad de hacer el tour y fue una de las cosas que más me gustó. Participé de una reunión y Dios me mostró que necesitaba usar la fe, buscarlo más, hacer más propósitos, para renovar la fe.
Allí me bauticé en las aguas y fue una experiencia maravillosa.
Regresé fortalecida para enfrentar los problemas del día a día, porque sé que para Dios no hay nada imposible”.
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