Federico: «Cuando tenía doce años empecé a fumar y a beber alcohol. No obedecía a mis padres, me iba de mi casa y volvía a la hora que quería. Dejé de estudiar para empezar a trabajar y la situación empeoró, porque, al tener mi propio dinero, gastaba más en los vicios.
Cuando no estaba trabajando, estaba en la calle con malas amistades. Allí probé la marihuana, aunque nunca tuve el deseo de consumirla permanentemente. También probé la cocaína, solo porque los demás lo hacían. Lo que sí hacía siempre era beber mucho alcohol.
Pasó el tiempo, conocí a mi pareja, nos fuimos a vivir juntos y continuaba sumergido en los vicios. Salía de trabajar y no volvía a mi casa. Le generaba problemas a ella porque era celoso y manipulador. La hacía sufrir.
Estuve en los vicios durante veinte años. Sin embargo, cuando empecé a asistir a la Iglesia Universal, dejé el cigarrillo de un día para el otro. Abandonar el alcohol me costó un poco más debido a las amistades que tenía. No obstante, al asistir cada semana a las reuniones y al usar la fe, me liberé de todos los vicios.
Hoy soy una persona feliz, Dios cambió mi vida y la de mi familia. Por eso, invito a las personas a que participen del Tratamiento para la Cura de los Vicios. Muchas veces intenté dejar los vicios y no lo logré, pero con Dios pude».
El asiste a la Iglesia Universal ubicada en Rawson 458, Caucete, San Juan.
Para ponerles fin a los vicios, iniciá el tratamiento gratuito, el domingo a las 15 h en Av. Corrientes 4070 – Almagro.
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