Yamila Maidana: “Mis problemas comenzaron luego de sufrir abusos desde los 6 hasta los 10 años.
A los 11 años probé el cigarrillo y alcohol, quería olvidar lo que me había pasado. Después de eso, durante 10 años, mi vida fue un descontrol. Salía de lunes a lunes, iba a fiestas clandestinas y participaba de orgías en boliches. Tomar alcohol en exceso y drogarme, era rutina para mí.
No tenía relaciones estables y eso me frustraba. Me burlaba de los hombres y de las mujeres, jamás pude serle fiel a nadie.
Mi familia sufría mucho porque desaparecía días y ellos tenían que buscarme con la policía. Era muy agresiva, recuerdo que intenté golpear a mis padres.
Después, tuve un cruce con la persona que había abusado de mí, él me golpeó con un palo en la cabeza. Cuando el médico me vio, estaba bañada en sangre, y él me dijo que no sabía cómo continuaba viva.
Así y todo, seguía perdida en esa vida. Tenía la mirada perdida, estaba deprimida, sumergida en un círculo vicioso. Recuerdo que intenté suicidarme tres veces. Tuve varios accidentes y perdí trabajos por no presentarme o por ir en estado deplorable. Toqué fondo cuando sufrí violencia de género, ya no veía salida para tanto dolor.
Finalmente, tomé la decisión de acercarme a Dios como la última salida. Al principio me costó, comprendí que tenía que ser algo racional. Participé de las Cadenas, pude superar los traumas del pasado, logré avanzar en todos los aspectos. Amo a mi familia, recuperé mi autoestima, soy feliz. Le doy gracias a mi Señor porque estoy viva y hoy todo lo que hago es con un solo objetivo: glorificarlo”.
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