«Y el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas y toma para ti los bienes.» Génesis 14:21
– Siempre que vamos por el buen camino, haciendo lo que agrada a Dios y lo que garantiza nuestra victoria sobre los enemigos (problemas físicos y espirituales), el mal usa a los materialistas, religiosos, vanidosos o ateos para hacernos propuestas egoístas, dudosas y vanidosas, a fin de robar nuestra bendición, que vale muchísimo más que todo el dinero.
El mal sabe que todo pasa, pero que las almas son eternas, sea para la Vida Eterna, en el Cielo, salvas con Dios por toda la Eternidad, o para la muerte eterna, separadas de Dios, en el infierno, condenadas con satanás y sus demonios por toda la eternidad.
Por eso, busca quitar nuestra atención de lo espiritual (Pan y Vino, Alianza con Dios) para que nos enfoquemos en lo material (riquezas, bienes) y perdamos todo.
«Y Abram dijo al rey de Sodoma:
He jurado al Señor, Dios Altísimo, Creador del Cielo y de la Tierra…» Génesis 14:22
El que realmente es fiel a Dios sabe que lo que enriquece a una persona no son los bienes, el dinero o los títulos, sino jurar por Dios (valorar su propia palabra) que no tomará nada de nadie, porque nunca valorará más las cosas materiales que las almas que deben ser alcanzadas, rescatadas, liberadas y salvas por medio de la Fidelidad a Dios a través de los diezmos de todo.
«Que no tomaré ni un hilo ni una correa de zapato, ni ninguna cosa tuya, para que no digas: “Yo enriquecí a Abram”.» Génesis 14:23
– Aquí está el secreto: no tomar nada de nadie y hacer lo que hizo Abraham, darle a Dios el diezmo de todo.
– Después de que Abraham hiciera eso en primer lugar para Dios, Dios hizo que Abraham fuera respetado como nunca lo había sido.
– El Altísimo lo hizo todavía más rico.
– Cambió su nombre de Abram («padre») a Abraham («padre de muchas naciones»).
– Dios lo protegió y ningún ejército pudo tocarlo, destruirlo, hacerle daño o matarlo.
La ofrenda de guerra es la que hacemos cuando, incluso en un apuro, en un aprieto, en un conflicto interno o en una dificultad financiera, elegimos confiar en Dios y en Su Promesa.
Solo a modo de ejemplo: cuando nuestra fe nos inspira a ofrendar algo que tenemos y que no resuelve nuestro problema económico, como pagar una deuda, el alquiler, o comprar algo que necesitamos para mejorar nuestro confort, vivienda, negocio o trabajo; algo que solo nosotros y Dios sabemos, esa será una ofrenda de guerra. ¡¡¡Creé que VENCERÁS!!!
– El próximo domingo, 9 de junio, Le presentaremos a Dios una ofrenda de guerra y consagraremos a todos en lo alto de la cabeza para vencer las guerras internas que ocurren allí, como los malos pensamientos, las dudas, la indefinición, el miedo y la ansiedad.
– De esta manera, tendremos la Sabiduría de Dios para trabajar, invertir, comprar, vender, pagar y salir adelante en todos los proyectos y emprendimientos. Consecuentemente, prosperaremos más que en los últimos 5 meses.
Mirá si no es verdad, por favor, leé en voz alta:
«Porque el Señor da sabiduría, de Su boca ―Su Palabra― vienen el conocimiento y la inteligencia. Él reserva la prosperidad para los rectos, es Escudo para los que andan en integridad, guarda las sendas del juicio, y preserva el camino ―mes de junio― de Sus santos ―Fieles—.» Proverbios 2:6-8
Si realmente querés vencer esta guerra, preguntale a Dios qué ofrecerle y traelo a Su Altar el domingo 9 de junio. En caso de que no tengas nada para ofrendar, acercate para tocar el Altar, porque en breve tendrás mucho. ¡Y vos también recibirás la consagración en las manos!
Obispo Júlio Freitas