Hilda veía cómo su vida se derrumbaba producto de su adicción al juego y al alcohol.Sin embargo, sus primeras experiencias con los vicios fueron en la niñez: “Mis problemas con el juego y el alcohol se remontan a mi niñez, cuando mis padres se separaron.
Fue allí que la miseria empezó, primero, el banco nos quitó la casa. Mi padre se volvió alcohólico y tuvimos que internarlo. Él llegó a estar tan mal por el vicio que no reconocía a su familia y se sacaba la ropa en la calle.
Terminó falleciendo porque un auto se lo llevó por delante estando alcoholizado.
Después que mi madre se separó, se fue a vivir a casa de mi abuela. Por la miseria en la que vivíamos, mi mamá empezó a apostar todo lo que ganaba.
A los 18 años me casé y tuve una hija, pero a los 3 años me separé y me vine a Argentina. Mi vicio con el juego, empezó como el de mi madre, cuando me divorcié. También me volví alcohólica.
Mi peor momento fue cuando vivíamos en una casa abandonada y no teníamos nada. Allí me enfermé, tenía mal de Chagas, problemas en las tiroides y estaba mal del corazón”.
Despúes de años de cargar con la frustración que le generaban los vicios y todo tipo de problemas, Hilda encontró la salida en la Universal. Dios transformó todo y ahora disfruta una nueva vida:
“Gracias a Dios llegué a la Universal. Me di cuenta que allí encontraría ayuda. Luché y decidí hacer un compromiso con él.
A partir de ese momento, empecé a odiar el juego y me fui curando. Hoy mi vida cambió 180 grados, tengo mi casa. Antes no dormía y ahora duermo en paz, ya no tengo dolores de cabeza y mis hijas están en la presencia de Dios”, finaliza.
Participe usted también de la reunión del Tratamiento definitivo para la Cura de los Vicios y compruebe en su vida o en la de un ser querido que existe una salida para este mal. Lo esperamos este domingo a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro, o haga clic aquí y vea a donde se lleva a cabo el tratamiento.
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