Estaba meditando sobre la lista de cosas y personas que el Señor Jesús ordenó que guardásemos de hacer o ser:
GUARDAOS de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Mateo 6:1
Y les dijo: Mirad, y GUARDAOS de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Lucas 12:15
Y Él les mandó, diciendo: Mirad, GUARDAOS de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes. Marcos 8:15
GUARDAOS de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; estos recibirán mayor condenación. Lucas 20:46-47
Si analizamos bien, cuando el tema es sobre lo que se debe guardar de hacer, involucra el acto de “dar”. Dar para ser visto y reconocido no traerá ningún galardón. Y ser avaro, dando solamente limosnas, o “no” querer dar es un gran mal delante de Dios. Y el Señor Jesús dice: ¡GUARDAOS de eso!
Pero, cuando el tema es sobre lo que se debe GUARDAR de SER, involucra el acto de ser “hipócrita”. Él dice que nos GUARDEMOS de ser como los fariseos y escribas, que son los mismos que el Señor Jesús, de forma severa, reprende en Mateo, capítulo 23. ¿Cuál sería el motivo de tanta severidad?
Para que entendamos, vamos a hacer un paralelo entre lo que dijimos hasta ahora con lo que el Señor Jesús le dice a la iglesia de Laodicea, en Apocalipsis:
Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres TIBIO, y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca. Apocalipsis 3:15-16
Aquella iglesia era “tibia”, o sea, ni caliente ni fría. En la Universal, hemos enfatizado sobre “TODO” o “NADA”, razón por la cual somos criticados y tenidos como extremistas y radicales, especialmente cuando el tema es el sacrificio. Sin embargo, ¿no es lo que el Señor Jesús dice aquí? Él incluso dice que sería mejor ser “frío”. ¿Por qué? Porque el frío no “finge” que es cristiano, obedeciendo a Dios en aquello que le es conveniente, dando un “mal” testimonio que lanzará muchas almas en el infierno.
El tibio es aquel que entregó parte, mitad o casi todo en el Altar, y se cree un “cristiano”, pero no tiene coraje para sacrificar TODA su vida en el Altar. Por lo tanto, su testimonio es incompleto y hace que muchos duden de Dios y cuestionen a la iglesia.
Por otro lado, el caliente es el que entregó TODO en el Altar. Consecuentemente, recibe TODO del Altar y vive una vida que glorifica al Señor Jesús y, consecuentemente, colabora para que muchos conozcan al Señor Jesús, entregándose a Él.
Concluimos que, la razón de que el Señor Jesús Se haya airado con los religiosos hipócritas, que son los tibios, y Se haya mostrado extremadamente indignado con ellos, al punto de decir que los vomitaría de Su boca, es aquello que Él mismo describe en Mateo, capítulo 23:
Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el Reino de los Cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando. Mateo 23:13
No entran (no dan TODO) ni dejan que otros entren, a causa de sus “malos testimonios”. ¡Guardaos… para que eso no suceda con usted!
Colaboró: Obispo Randal Brito