Uno de los primeros errores que cometemos en la vida es el hecho de compararnos… eso ya comienza de pequeñas. Mira para su compañera de clase y a su muñeca que tiene un lazo rosa mientras que la suya, ni lazo tiene, y es ahí que se inicia un verdadero tormento personal, al mirar para aquella compañera y ver todo lo que ella tiene y que usted no tiene.
Crecemos con esa manía. Y para incrementar, las personas a nuestro alrededor también hacen eso con nosotras… “podrías esforzarte más como yo hice cuando tenía tu edad, ser más cuidadosa con la casa como tu prima, ser menos tímida como tu hermana…” y muchas más ejemplos.
Ahí se hace una adolescente y todo el mundo a su alrededor entra en esa espiral de comparaciones. Si no se compara, es prácticamente una extraterrestre, ¿y con quien usted se compara? Normalmente con las chicas que ni la conocen pero de las que todo el mundo habla . E inmediatamente después, las comparaciones van dirigidas para aquellas que ni saben que existe…los famosos, modelos, cantantes, artistas, youtubers, e blogueras.
Y cuando llega a la edad adulta con una lista de todo aquello que usted no es y no tiene, obvio que la conclusión de todo ese “informe” personal es que usted no tiene prácticamente nada de bueno en sí misma. #quetriste
¿Que tal parar en este nuevo año de 2018 con esa costumbre de compararse ?
“Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: Por qué me hiciste así?” (Romanos 9.20)
Aprenda a valorarse, a no necesitar compararse, y a apreciarse.
P.D. No se olvide de nuestra primera reunión del Godllywood Autoajuda de 2018… marque en su agenda, y traiga a sus amigas.