¿Qué es el ser humano? Es tener cualidades y también debilidades; es acertar y también fallar; es ser exitoso y también fracasar… es andar con Dios, mas vivir en este mundo.
Los Nacidos de Dios son seres humanos, sujetos a todo lo que este mundo tiene para ofrecer, pero, ¿que los diferencia del resto de la humanidad? El uso de su libre arbitrio, o su derecho de elegir esta orientado para lo que es correcto, justo y divino.
Ser Nacido de Dios es saber decir no con el espíritu y la razón cuando el cuerpo quiere ceder, es negar la propia voluntad a favor de la Voluntad de Dios, es mirar para lo Alto cuando lo que está bien adelante nuestro nos ofusca, seduce y envuelve…
El Nacido de Dios es ciego para el “brillo” del mundo, sordo para sus voces y mudo para sus fantasías… ser Nacido de Dios no es una condición, es una elección, la cual hacemos día tras día, siempre que el mundo “prende”, hace “brillar” sus “luces”.
El Espíritu del Dios Altísimo quiere usarnos en toda Su Plenitud, Él esta buscando en nuestra generación a hombre como Noé, Abraham, Moisés, Deborah, David, Ester y tantos otros, que fueron exponentes en Sus manos, hombres y mujeres que se dejaron guiar y llevar por el viento del Espíritu, sin que nada los prendiera o atara. Ellos estaban libres, sin miedos.
El Altísimo podía hacer con ellos y en ellos lo que quería. No había resistencia, no había peso o algo que los atara. Y es eso lo que el Dios Todo-Poderoso quiere encontrar en cada uno de nosotros.
Entretanto no olvide que para volar alto, es necesario estar libre de toda carga y soportar la presión, Si no está dispuesto a eso, es mejor ser un pollo en su patio, pero no olvide que temprano o tarde usted irá para la olla.
Te veo en la Universal o en las nubes.
¡¡¡Eia!!!
Dios es contigo, y yo también.