“Dios restauró mi vida”
Hugo perseveró, buscando la respuesta que solo podía encontrar en Dios: “Vine a la Universal porque cada aspecto de mi vida estaba destruido. Estaba en los vicios y sufría muchas enfermedades. Con el paso del tiempo Dios fue reconstruyendo las distintas áreas de mi vida, sin embargo me faltaba el aspecto económico.
Un sábado vine a los Casos Imposibles e hice un ayuno desde temprano.Busqué la orientación del pastor y desde ese día todo cambió.
Trabajo de chef y mi negocio empezó a facturar más. Tuvimos que abrir otra casa de comida. Incluso me pidieron mi CV para ir trabajar a Europa durante seis meses, todo cambió gracias a Dios”, concluye sonriente.
“Me iban a poner un marcapasos”
Silvia recibió pronósticos negativos en varias áreas de su vida. Todo estaba mal, tanto en la salud como en su familia: “En septiembre me detectaron una bradicardia, por lo cual me internaron en la unidad coronaria. Me hicieron estudios y los doctores me querían poner un marcapasos. Tenía una frecuencia muy baja, era de 48, cuando la normal era de entre 60 a 100, además sufría presión alta.
Perseveré en la reunión de los Casos Imposibles, empecé a hacerme estudios y salían bien, hasta que no tuve nada más.
Además, luché por mis hijos, porque tenían trabada su vida económica, uno pudo cambiar de trabajo y el otro logró tener su auto y su casa, Dios los bendijo”.
Participe de la reunión de los Casos Imposibles. Sábado a las 7, 9, 15 y 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.