MUCHAS PERSONAS SON PERSEGUIDAS EN LA CASA, EN EL
TRABAJO, POR CAUSA DE SU FE. SON CONFRONTADAS CON
LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:
“¿Dónde esta su Dios?”
“¿Por qué su vida no cambia?”
Y muchos dicen que eso es del diablo…
Pero, la respuesta la encontramos en este versículo: “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.”
(Romanos 8.19-22)
Cuando una persona tiene dudas sobre la paternidad de alguien, entonces se hace la PRUEBA de ADN, esta revela de una forma convincente si la persona es o no hija de quien dice ser.
Con Dios no es diferente, muchas son las personas que dicen ser hijas de Dios, pero se revelan como hijos de la desobediencia.
Hay otras que aun siendo hijas de Dios no se manifiestan, están ocultas por detrás de su fe.
Entonces ¿como hacer para que los hijos de Dios sean revelados?
Cuando la persona hace la Prueba de ADN (sacrificio, entrega incondicional en el Altar de Dios, espíritu, alma y cuerpo) entonces Dios hace con que haya la manifestación (el testimonio) de Sus hijos.
El ADN de Dios pasa a estar sobre aquella persona, no hay dudas sobre la paternidad de ella, porque la vida de ella es transfigurada en el Imagen de Dios. La vida de la persona pasa a tener las mismas características de Dios.
Cuando la creación (ser humano) ve la manifestación de los hijos de Dios, nace adentro suyo una esperanza de que un día también puedan tornarse hijos de Dios; para que también puedan disfrutar de la libertad, de la Gloria de los Hijos de Dios (vida transfigurada, vida gloriosa).
Pr. Cláudio Roberto – França