Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Romanos 8:1
No hay condenación. Pablo les muestra a los cristianos de Roma que antes de que el Señor sacrificara Su vida en la cruz, recibiendo el castigo del pecado en nuestro lugar, no había esperanza de Salvación para nadie, pues todos estaban sujetos a la condenación impuesta por la Ley.
Pero, cuando el pecador se vuelve a Dios con el corazón totalmente arrepentido, recibe la absolución de todas sus culpas.
Por lo tanto, no habrá juicio para aquel cuyas deudas fueron pagadas en la cruz, y si no hay juicio, tampoco habrá condenación.
Solamente aquellos que están viviendo de acuerdo con la voluntad del Espíritu Santo están libres de la condenación, pues son estos los que están en Cristo Jesús.
Muchos piensan que están en Jesús por ser miembros o frecuentadores de una iglesia, o por servir a Dios, sin embargo, ¡están engañados! Estar en Jesús es ser nacido de Dios y vivir en obediencia a Sus Mandamientos (Juan 14:15)