En preparación para la gran convocación de los débiles y fuertes al Valle de la Decisión, el obispo Renato Cardoso, en directo desde Tierra Santa, en Tel Aviv, Israel, explicó la importancia de buscar fuerzas en la debilidad y tomar una actitud de fe, para que Dios se manifieste en la vida de las personas que sufren con cualquier tipo de problema.
“Estamos acá en Israel porque vamos hasta el Valle de la Decisión a orar por usted. Nosotros, obispos y pastores, ya hicimos nuestra Hoguera Santa, pues todo aquello que predicamos, también lo vivimos. El sacrificio es nuestra vida, subimos al altar, pues no aceptamos el fracaso de las personas”, declaró.
Y añadió: “Una cosa es ser débil, otra cosa es entregarse a la debilidad. Es en este espíritu que nos estamos preparando para llegar al Valle de la Decisión. Usted que vive una situación difícil, que carga una enfermedad, su condición es de pobreza, su matrimonio se destruyó: la Hoguera Santa llegó para usted, así como llega para todos. Sepa que Dios le escogió”.
Diga el débil: Fuerte soy
“Proclamad esto entre las naciones, proclamad guerra, despertad a los valientes, acérquense, vengan todos los hombres de guerra. Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.” (Joel 3:9-10)
Cuando se hace lo que la fe determina, la mano de Dios se mueve. ¿Pero en verdad, usted sabe lo que Dios quiere? Dios quiere que el débil no confiese su debilidad, que diga que va a la guerra, que sea fuerte.
Dios quiere que el pueblo esté en el campo de batalla, no quiere que ninguno se esconda por los rincones. El profeta Elías, en una oportunidad, entró a una caverna y comenzó a quejarse de la vida. Dios, inmediatamente, envió un ángel para reprenderlo y mostrarle que debía guerrear. Es decir, Dios quiere que el débil se haga fuerte y que no presente excusas.
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