Es imposible vivir en este mundo sin tener la presencia del Espíritu Santo en nosotros. Él nos da fuerza, discernimiento, sabiduría y poder para encarar las dificultades de todos los días. Como dice Hechos 1:8, “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
Lamentablemente, muchos cristianos desprecian al Espíritu Santo porque no entienden la necesidad de nacer de Dios.
“… El Espíritu Santo hace que en nosotros haya una indignación contra el pecado y el diablo. Dios nos enseña a hacer lo correcto”, resalta el Obispo Macedo.
Pero para eso, hay que tener en cuenta tres pasos fundamentales:
• Primer paso: Conciencia
Es necesario tener conciencia de que nadie es bautizado en el Espíritu Santo porque lo merece. El candidato debe ponerse a disposición de Dios y buscar el bautismo con todas sus fuerzas y con todo corazón, por medio de la fe en el Señor Jesucristo.
• Segundo paso: Querer
Eso no está relacionado con querer tener el Espíritu Santo porque otras personas Lo tienen. Debe darle la importancia que tiene, ya que es tan importante como la salvación.
Es como cuando desea que sus pecados le sean perdonados, ese querer está por encima de cualquier sueño o deseo de su corazón. Eso debe ser acompañado por la fe y por la obediencia.
• Tercer paso: Pensamientos
Mantenga su mente conectada con Dios. No importa si está en el trabajo, en la calle o en la iglesia. También es importante evitar compañías que no compartan su fe y que interrumpan su relación con Dios. Sepa que aunque es difícil, no es imposible, la fe exige sacrificios.