“Dios nuestro, ¿no echaste Tú los moradores de esta tierra delante de Tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham Tu amigo para siempre? Y ellos han habitado en ella, y Te han edificado en ella santuario a Tu nombre, diciendo: Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de Ti, (porque Tu nombre está en esta casa,) y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a Ti, y Tú nos oirás y salvarás.” 2 Crónicas 20:7-9
Por medio de la oración del rey Josafat, destacada en este fragmento, notamos que él era humilde delante de Dios, ferviente y que tenía fe. Y, a causa de eso, tuvo condiciones de buscar, en el Altísimo, su derecho. Fue lo que señaló el obispo Edir Macedo durante una programación de la “Palabra Amiga”.
El obispo incluso agregó que Josafat, al pedir la ayuda de Dios, señala el altar, cuando dice: “…y Te han edificado en ella santuario a Tu nombre…”.
“El secreto de una victoria, de una vida diferenciada, de la vida abundante que el Señor Jesús prometió, es el altar. Porque esta vida abundante no es algo, así, automático, en donde usted aprieta un botón y sucede; hace una oración y recibe una vida abundante. Si fuera así, todo el mundo tendría una vida abundante. ¿O no? Pero no es así. Usted tiene que subir al altar, tiene que sacrificar, tiene que ir por lo que quiere, tiene que hacer su parte”, enfatizó.
Por lo tanto, si usted ha enfrentado problemas en alguna área de su vida y desea una transformación completa, participe hoy mismo de un encuentro en la Universal más cercana y conozca la propuesta de la Hoguera Santa del Valle de la Decisión.
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