Basta de esperar que alguien se acerque a ayudarlo. Basta de quejarse de la vida y de no hacer nada para cambiarla. Basta de ser rehén de la buena voluntad o de la maldad de los demás.
¡Basta!
¡Enfrente su problema usted mismo! ¡Usted es fuerte! Si las personas lo decepcionan, no sea uno más: deje de decepcionarse a sí mismo y a los demás. No se queje nunca más de nada. Haga algo para mejorar. No espere por nadie ni se preocupe por quien quiere atacarlo. Sea mejor, capaz y bueno de tal manera que tengan dificultad de seguirlo.
¡Ya basta! ¡Llegó su turno!