Eber: “Uno de mis mayores problemas fue el rencor que sentía hacia mi padre, él me había abandonado. Después de mucho tiempo vino a buscarme, pero ese odio seguía adentro mío.
Jugaba al fútbol en un club pero me desgarré, me rescindieron el contrato, fue como si hubiera terminado la vida, caí en un pozo depresivo. Eso me llevó a conocer otro tipo de gente y me involucré en los vicios del alcohol y la noche.
Participando de las reuniones en la Universal, me curé y dejé los vicios. Además, gracias a Dios, pude retomar el diálogo con mi padre”.
Abigail: “Tenía una alergia en la sangre y parecía que tenía cortadas en la piel. Los médicos me dijeron que iba subiendo un nivel de generación en generación, mi mamá también la tenía.
Necesitaba hacer un tratamiento de dos años y ponerme vacuna en ayunas, aunque con el tiempo ya no me hacían efecto.
Comencé a venir a las reuniones de los días viernes, usé mí fe, me indigné por lo que me estaba pasando. Suspendí el tratamiento y confié, aunque no fue fácil. Luego de hacer un voto con Dios fui totalmente curada de la alergia”.
Viernes a las 8, 10, 12, 16 y principalmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro o haga clic aquí y vea la dirección de la iglesia más cercana a su hogar.
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