«Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?» Hebreos 12:6-7
«Desechando, pues, toda MALICIA, todo ENGAÑO, HIPOCRESÍA, ENVIDIAS, y todas las DETRACCIONES, desead, como niños recién nacidos, la LECHE ESPIRITUAL no adulterada, para que por ella crezcáis para Salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor.» 1 Pedro 2:1-3