Vemos jóvenes bajo los efectos de las drogas y muchas otras situaciones desagradables y tristes. Sin embargo, hay una realidad peor, vista tan a menudo, que se ha convertido en algo común, en algo normal. Una realidad en la que ellos están ahí y la mayoría hace como si no existieran.
Es triste, pero esta es la realidad de hoy. Obviamente, hay excepciones, dentro de las cuales se encuentra el Proyecto Socioeducativo. De esto queremos hablar.
Este grupo tiene como objetivo ayudar a los menores que se encuentran privados de libertad. Sus integrantes, de manera voluntaria, recorren los diferentes institutos para transmitirles una palabra de fe y de esperanza. También los aconsejan, hacen donaciones de productos de higiene, presentan obras de teatro y en los Centros para Mujeres realizan jornadas de belleza. Este grupo de voluntarios atiende, además, a los familiares de estos chicos.
Con la finalidad de bendecir al proyecto y a los voluntarios que forman parte del grupo, se realizó, el anterior domingo 12 de agosto, la consagración en el Templo de la Fe de Buenos Aires. Esto sucedió durante la reunión de las 09:30 horas ministrada por el obispo Francisco Couto, responsable por el trabajo de la Universal en Argentina.
Actualmente, hay 800 menores privados de su libertad y en estos ocho meses en los que el proyecto está en el país, ya alcanzó al 50% de estos chicos. La meta de este año es llegar al total.
Muchos de los internos tomaron una de las decisiones más importantes de sus vidas: bautizarse en las aguas. “Para mí este bautismo significa dejar atrás el pasado que tuve y comenzar de nuevo, pero al lado de Dios”, comenta uno de los chicos que se bautizó hace unas semanas. En total fueron 30.
El bautismo en las aguas es un punto fundamental para quienes desean realmente una vida nueva en el Señor Jesús. Tal es su importancia, que al aparecerse a Sus discípulos, después de haber resucitado, les dio órdenes explícitas: “…Y les dijo: -Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado.” (Marcos 16:15, 16).
Hay dos clases de bautismo, por inmersión y por aspersión.
El bautismo por inmersión se realiza en las aguas, simbolizando la sepultura del cuerpo que practicó el pecado.
En el bautismo por aspersión el pastor toma un poco de agua en las manos y la derrama sobre la cabeza del candidato. Es así que se realizó en los institutos de menores, ya que ellos no tienen la posibilidad de bautizarse por inmersión. Sin embargo, esto no es un impedimento para que entreguen su vida al Señor Jesús. El pastor bautizó a los internos con una botella de agua.
¿Desea formar parte de este grupo que decide enfocarse en los que necesitan ayuda? Puede recibir más información en la Universal más cercana a su domicilio.
Si usted tiene un ser querido privado de libertad y desea que se le realice una visita, puede escribirnos a: ayudaespiritual@iurd.com.ar