Todos los servicios sagrados, por más simples o humildes que sean, exigen reverencia, respeto y, sobre todo, Temor.
Si no hay Temor, no existe santificación ni los beneficios de los servicios al SEÑOR.
El servicio de un obispo en el Altar o el de un sirviente en el baño de la Iglesia tiene el mismo peso de importancia en la Obra de Dios. Ambos exigen Santidad al SEÑOR.
Y, por mayor que sea el empeño y la dedicación en la Obra de Dios, si no hay Temor, no hay santidad. Y sin la santidad nadie verá al SEÑOR.
Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor… Hebreos 12:14
Esta santidad exigida en la Obra de Dios puede ser mejor evaluada cuando volvemos a los principios de la fe ejercida por los levitas y sacerdotes en el Tabernáculo o en la Tienda de la Congregación. Para tener una idea mejor, desde el sumo sacerdote, responsable general por todos los oficios sagrados en el Tabernáculo, hasta los levitas, responsables del desarmado, transporte y rearmado del Tabernáculo, se exigía total santificación. El texto siguiente da la noción del tipo de separación:
Y el que sea sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza haya sido derramado el aceite de la unción, y que haya sido consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza ni rasgará sus vestiduras; ni se acercará a ningún muerto (símbolo del pecado), ni aun por su padre o por su madre se contaminará; no saldrá del Santuario (no saldrá del Altar), ni profanará (ni contaminará) el Santuario de su Dios, porque la Consagración del Aceite de la Unción de su Dios está sobre él. Yo Soy el Señor. Levítico 21:10-12
Ahora bien, si el servicio sagrado ejecutado bajo la Ley exigía SANTIDAD AL SEÑOR, ¿qué diremos, pues, sobre los servicios sagrados en la IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO consagrada, no con un símbolo (Aceite de la Unción), sino con el Propio Espíritu Santo en Persona?
¿Acaso los sellados con el Espíritu de Dios pueden darse el lujo de relajarse en la santidad, salir del Altar, dar una vuelta por el territorio del diablo y, al día siguiente, entrar y servir a Dios? …
RECUERDE:
… Sin la santidad, nadie verá al Señor … Hebreos 12:14
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