Cuando comenzó el Ayuno de Daniel, Gustavo vio la oportunidad de recibir el bautismo en el Espíritu Santo.
Comenzó a orar, a levantarse por las madrugadas, se desconectó de internet y dejó de ver programas de televisión.
En la segunda semana del Ayuno de Daniel, Gustavo fue bautizado.
Vea la transformación de este joven luego de recibir la mayor de las bendiciones: