“Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella.” Hebreos 12.11
Toda corrección hiere y duele por ser avergonzados por haber cometido algún error o pecado contra Dios. Pero, más tarde, vemos cuán bueno fue, pues disciplinados en Su Justicia, podemos crecer espiritualmente y permanecer dentro de la Voluntad de Dios.