La réplica de un arco de un antiguo templo de Baal viene siendo levantada en espacios públicos en las principales ciudades del mundo, desde abril de 2016. En Trafalgar Square, Londres, durante los tres días que antecedieron a la Pascua judía; en Florencia, Italia, durante la reunión de la cúpula del G7; en Dubai, durante la reunión de la cúpula del Gobierno Mundial; en la Prefectura de Nueva York, el año pasado; y, este mes, en el Capitol Mall, en Washington DC. Enseguida, viaja hacia Amsterdam y Siria. ¿Por qué?
El Centro del Patrimonio Mundial afirma que solo está mostrando un poco de la historia al público. Entonces, ¿por qué no instalarlo en un museo? Entre miles de otros grandes artefactos de la historia, ¿por qué un pedazo del templo de Baal? ¿Y por qué, misteriosamente, permanece solo por algunos días en cada ciudad, antes de ser desarmado, como si la sociedad histórica no quisiese que muchas personas se enteraran de esto?
El arco original de Palmira fue construido por los romanos en el siglo II como una entrada para un gran templo de Baal, que ya había existido por 3.000 años en Siria. El templo tenía un horno poderoso, debajo de una estatua de bronce con la cabeza de toro, que representaba al dios Baal. Los sacerdotes del templo ponían niños y bebés en sus brazos extendidos y los arrojaban al fuego ardiente como sacrificios humanos.
Ruidosos redobles de tambor sofocarían los gritos. Las prostitutas del templo eran usadas para que hombres o mujeres que buscaran ayuda de Baal ejecutaran actos lascivos con ellas, como una forma de “adoración”. Era un lugar en el que se cometían las atrocidades más repugnantes contra niños inocentes, contra todo lo que es bueno y justo y contra el Propio Dios. Baal es mencionado 94 veces en la Biblia como una fuerza destructiva contra el pueblo de Dios; él es el señor de las moscas, el dios del estiércol, un símbolo del propio Satanás.
Y ahora una réplica de esa religión demoníaca está siendo honrada en todo el mundo y elogiada por los historiadores como parte de nuestra “herencia global”.
Muchos cristianos sospechan que esta sociedad histórica es un disfraz para los líderes financieros, empresariales y políticos del mundo que son adoradores luciferianos – satanistas. Hombres y mujeres poderosos e influyentes que se entregan a la brujería y a prácticas demoníacas para minar los valores cristianos en este mundo y para promover agresivamente la era del anticristo. Si usted cree en las enseñanzas de la Palabra de Dios, sabe que la próxima era del anticristo será un tiempo de gran apostasía, de odio contra el pueblo de Dios, cuando la inmoralidad y la degradación de todo lo que es puro será alabada y cuando toda la inocencia será corrompida. Será una época en la que solo aquellos que se inclinen ante el anticristo estarán en posiciones de poder.
Entonces, ¿no es lógico que, en el preludio de esa era venidera, personas influyentes ya se empeñen al máximo para que esas cosas empiecen a suceder? Basta observar los rápidos cambios en nuestras sociedades y culturas alrededor del mundo para ver que lo que antes era correcto ahora es condenado como si fuera algo malo. Y lo que siempre fue considerado malo, o perjudicial, ahora es elogiado como algo noble. Las mentes de los niños están siendo dirigidas a doctrinas sexuales perversas y los principios cristianos están siendo denunciados con odio.
Para aquellos cuyas vidas están en el Altar de Dios, este arco no es nada más que una estructura de piedra. Pero otros ven este arco como un portal para que los espíritus de las tinieblas inunden las ciudades de este mundo y asuman el control de las mentes y de los corazones, pidiéndole a Baal que tome posesión de nuestras tierras, nuestro pueblo y nuestros hijos. ¿Y Satanás está respondiendo? ¡Basta mirar a su alrededor! Estos eventos están sucediendo bajo las narices de cristianos débiles y apáticos, que no saben nada sobre la batalla espiritual en la que nos encontramos, y que incluso bloquean a aquellos que tienen ese entendimiento.
Mientras tanto, otra réplica poderosa de un artefacto espiritual está haciendo su propia gira mundial: ¡el Arca de la Alianza! ¿Quién entre nosotros cree que, por la fe, nuestro Dios puede apoderarse de ciudades y naciones enteras a medida que la representación de Su presencia entra en cada lugar? ¿Por qué los paganos confían tanto en sus malas prácticas mientras los cristianos son tan insensatos? ¿Quién está listo para definirse y comprometerse en esta guerra espiritual, como nunca antes, empezando por sus propios pecados? La apatía no es una opción. Llegamos a un momento en el cual luchar por el Reino de Dios es una cuestión de vida o muerte.
“Y castigaré a Bel en Babilonia, sacaré de su boca lo que se ha tragado, y no afluirán más a él las naciones. Aun la muralla de Babilonia caerá.” Jeremías 51:44
Colaboró: Evelyn Higginbotham