Todos tenemos fuerza en nuestro interior, algunos menos, otros más.
Muchos tienen una gran fortaleza, otros pequeña. Estando en plena condición física o incluso en el lecho de dolor, todavía existe en nosotros la fuerza de la mente, que es la de la fe. Cuando colocamos toda nuestra fuerza, por más pequeña que sea, en el Altar, el poder de Dios, venido del Espíritu Santo, viene sobre nuestra vida. Este hace que suceda una verdadera explosión de fe. “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…” (Hechos 1:8).
Cuando hablamos del Espíritu Santo, hablamos de Dios, del Señor de la creación. Imagíneselo dentro de usted. Cuando eso sucede, es imposible que sus sueños no se realicen. Tener Su presencia significa que nada será imposible.
Él quiere habitar dentro suyo, hacer Su morada. Por eso hemos dicho que debe priorizar al Espíritu Santo, así tendrá el poder de Dios.
Eso ocurre cuando se entrega 100% en el Altar, Él entrará en su vida, lo transformará completamente y será una nueva criatura. Mientras no Lo reciba, dependerá de las oraciones de otros.
Es importante que prospere, que esté sano, que su matrimonio sea bendecido, pero solo tendrá la guía de Dios con Su Espíritu. Él es todo lo que necesitamos, es completo. Es vida por vida, la suya para tenerlo dentro suyo y Él lo llenará. Sea sincero, no se preocupe por nada, haga de su vida un Altar.
Aprenda más sobre la vida espiritual, este domingo a las 7 y principalmente a las 9:30 h en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted.
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