“De pronto, en el cielo se oyó una voz de trueno: ¡era la voz del Dios altísimo que se dejó escuchar entre granizos y carbones encendidos! Arrojó sus relámpagos como si disparara flechas; ¡dispersó a sus enemigos y los hizo salir corriendo!” 2 Samuel 22: 14-15
El Señor ve las fuerzas del mal tratando de actuar en la vida de los que le sirven, y, de repente, de su trono, Él levanta su voz de poder para exterminar y confundir a todos los enemigos de su pueblo.