Lorenza: “Mis padres se separaron cuando tenía seis años y eso me marcó. Nos quedamos con mi papá, después se enfermó gravemente y quedó ciego. Me sentía sola, sufría problemas espirituales, no podía dormir de noche. Sentía que había algo encima mío que no me permitía descansar.
Crecí y me volví violenta. No tenía trabajo, a veces no había para comer. Cuando tuve a mi hijo nació muy enfermo, quedó internado en el hospital casi seis meses. Era una cardiopatía congénita y tenía fístulas entre la tráquea y el esófago. Se alimentaba por una sonda, a los cinco meses había pasado por cuatro cirugías. Un virus lo dejó en coma casi dos meses, estaba con vida por el respirador. Un día entré a verlo y un médico me explicó que habían hecho todo lo posible y que podía morir en cualquier momento. Pensaba en ma-tarme porque me aferraba a mi hijo y lo iba a perder.
Yo ya conocía la Universal, venía, pero a veces no quería hacerlo. Cuando vi que no había solución para mi nene, decidí participar de la Hoguera Santa. No tenía nada, pero obedecí lo que estaba escuchando. Unos días después de cumplir con lo que prometí le dieron el alta. De un día para el otro, se recuperó y salió del hospital. Seguí participando de diferentes Hogueras Santas, conseguí un trabajo en una empresa multinacional. Pude comprar tierras en la provincia de Salta y estoy emprendiendo en la agricultura. Sin embargo, lo más importantes que recibí es el Espíritu Santo, tengo paz. Ya no soy la persona violenta que le pegaba a mi padre, tenemos una buena relación. Ahora sé que, aunque vengan las luchas, los problemas, tengo fuerza para vencer, todos los días”.
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¿Usted quiere la manifestación de Dios en su vida? Entonces, participe de la Hoguera Santa de Israel en el Monte Carmelo, este 2018. Busque una Universal e infórmese (consulte la dirección más cercana).
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