Si la existencia de Dios es verdadera, entonces Sus promesas también lo son. De esa forma, Dios tiene que manifestarse en la vida de aquellos que creen en Él. Sin embargo, muchas personas han creído en la existencia de Dios y, aún así, no han recibido Su retorno. “El resultado de la creencia ha sido insignificante en la vida de muchos, justamente porque creen basados en la fe emotiva”, destaca el obispo Edir Macedo en su obra Fe Racional.
Él traza la diferencia entre la fe emotiva y la fe racional: “La fe emotiva, además de cegar el entendimiento, oprime al cristiano a través del fanatismo religioso. Por otro lado, la fe inteligente es consciente, equilibrada y, por eso, no existe ningún conflicto con la razón.”
Al leer la publicación, descubrirá cuál es el tipo de fe que usted tiene. Si tiene la fe sobrenatural, entonces será una criatura conquistadora de las promesas divinas. Pero, si tiene la fe emotiva, su entendimiento se abrirá a partir de la lectura de este libro, para que usted huya de las trampas del diablo.
Sentimiento y fe
El obispo muestra la situación comparándola a un cirujano que, por ética, no puede operar a un familiar, porque el amor fraternal o el pesar pueden interferir en su capacidad técnica. “Los sentimientos humanos, como la pena, el pesar y el amor, desde el punto de vista humano, neutralizan la fe sobrenatural y debilitan a los cristianos en la guerra diaria contra Satanás.”
Los sentimientos hacen impotente al ser humano delante de sus luchas y son en esos momentos que los hijos de las tinieblas se aprovechan de los hijos de la luz. “El bien solo vence al mal cuando la persona desprecia los sentimientos”, completa el autor.
El obispo Macedo explica que el mal se aprovecha de la debilidad de los sentimientos humanos para imponer su acción. Pero “cuanto mayor es la comunión con Dios, mayor es el grado de fe. La fe en Dios viene por escuchar Su Palabra, la cual trae beneficios a través de Su práctica. Si usted confiesa que siente eso o aquello en su corazón, en realidad, expresa solo sentimientos de naturaleza humana.”
La fe pirata
La persona hipócrita tiene una fe emotiva comparada a un objeto pirata, que se usa una o dos veces y se desecha. “Así es la fe hipócrita. Muchos incluso logran vivir con ese tipo de fe, sin embargo, por no tener calidad, no se puede sustentar por mucho tiempo.”
El obispo también enfatiza que la vida de muchos cristianos es un fracaso porque no practican la fe genuina. “De esa manera, no logran convertir a nadie porque viven una fe de sentimiento, que no tiene nada que ver con Dios.”