“…que hace de los vientos Sus mensajeros, y de las llamas de fuego Sus ministros.” Salmos 104:4
Sabemos que la palabra “ministro” significa siervo, servidor. Por lo tanto, entendemos que Dios solo puede hacer fuego abrasador de quien Lo sirve. Es necesario que sea siervo antes de ser fuego abrasador.
Existe una condición a ser cumplida por mí, antes de que la promesa sea cumplida por Él. Esa es la razón por la cual la mayoría de los cristianos es apagada. No sirve a Dios de verdad.
Jesús dijo:
“Si alguno Me sirve, que Me siga; y donde Yo estoy, allí también estará Mi servidor; si alguno Me sirve, Mi Padre lo honrará.” Juan 12:26
Servir es agradar, priorizar la voluntad de quien es servido por encima de la propia. Lamentablemente, hoy muchos cristianos invierten los papeles: Le presentan a Dios su lista de deseos para ser servidos por Él, mientras ignoran Su voluntad para sus vidas.
Resultado: carbón en vez de fuego abrasador.