Gladys vivió una vida completamente sumergida en la miseria. Cuando se casó tuvo la esperanza de que esa situación cambiaría, pero no fue así, y llegó al punto de tener que pedir dinero prestado para poder darles de comer a sus hijos.
Tuvo que soportar las humillaciones de sus parientes que le cuestionaban el hecho de que su esposo no trabajara. “Mi esposo llegó a robar cables para venderlos y darles de comer a nuestros hijos” cuenta. Además, la relación con su marido iba de mal en peor.
Debido a la trágica situación que vivían, Gladys entró a una profunda depresión. Nada la motivaba y descuidó completamente su apariencia. “Ya no me preocupaba por mí misma, ni me bañaba”, relata.
Uno de los momentos más difíciles que enfrentó fue el de un accidente que tuvo uno de sus hijos y, debido a los graves problemas económicos, no tenía dinero para pagar el pasaje del transporte que necesitaba utilizar, para poder acompañar a su hijo que se encontraba internado en el hospital.
Al conocer la Universal a través de uno de los programas de televisión de la iglesia, vio una oportunidad para cambiar de vida. Allí Gladys comenzó a utilizar su fe y todo cambió.
Hoy, su vida y la de su familia está transformada, su hijo se recuperó, su matrimonio se restauró y venció la miseria.
Vea este testimonio completo a continuación y participe usted también del propósito “El Día del Nunca Más” en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070, Almagro y en todas las Universal del país.