Abigail Ledesma: “Mi papá rompía cosas y nos agredía verbalmente. A mis nueve años se separaron y los conflictos se agravaron. Mi mamá se deprimió, no quería comer, ni salir. Traté de enfocarme en los estudios para ignorar lo que pasaba. Me encerré en mi mundo y en la habitación, no dialogaba con mi madre, la maltrataba. Lloraba en mi cama, mi vida era una mentira.
Estaba en una relación, pero no poseía un propósito en la vida, ni sueños para cumplir. Me daban ataques nerviosos, era capaz de matar.
Tanta oscuridad había en mí, que no tenía fuerzas para levantarme. Una vez vi que venía el tren y me acerqué para ponerme enfrente. Al hacerlo, tropecé, caí y no podía salir de las vías, las piernas no me respondían y la máquina se acercaba. Le pedí ayuda a Dios y pude levantarme, aunque el tren me rozó. Mi mamá luchaba por mí en las reuniones de la Universal, pero yo no reaccionaba.
Una mañana me desperté con una sensación de ahogo, sabía que ese día iba a morir. Ahí decidí volver a la Iglesia y me sentí aliviada. Entendí que necesitaba al Espíritu Santo. Los deseos de morir y las pesadillas ya no existen. No tengo ataques de nervios, no siento odio y dialogo con mi mamá. Conocer a Jesús le dio sentido a mi vida. Paso por situaciones difíciles, pero las enfrento de otra manera. Hoy tengo proyectos y motivos para vivir”.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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