Abraham derrotó a los cuatro reyes que se habían llevado a Lot, a su familia y a todas sus pertenencias al cautiverio. Además de ellos, a cinco reyes más, incluyendo al de Sodoma. Debido a eso, el rey de Sodoma le dijo:
“Dame las personas, y toma para ti los bienes.” Génesis 14:21
El rey de Sodoma representa a Satanás. No le da la más mínima importancia a las riquezas de este mundo, pero las ha usado para atraer personas. Él quiere sus almas para que sufran junto a él en el Lago de Fuego y Azufre por toda la eternidad.
Ahora bien, quien tiene discernimiento espiritual ha de estar de acuerdo en que el alma humana es el bien más precioso de la faz de la Tierra. Todo lo que se pudiera invertir para ganarlas para el Reino de los Cielos es insignificante a los ojos de Dios.
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Mateo 16:26
Todos los bienes, así como el ser humano, son pasajeros en este mundo. Todo cesa. Todo termina. Pero, el alma permanecerá por toda la eternidad. Vivirá eternamente en compañía de Dios o del diablo, dependiendo de su elección en este mundo. Después de eso no hay misa, ni vela, ni toda la riqueza que pueda cambiar el destino del alma humana.