“Toqué el Manto y fue sanada”
Nélida: “Participé los viernes por mi hija que tenía una hernia, nació con ese problema. Los médicos me dijeron que debía operarla a los siete años, no lo hice y siguió con eso. Creció y no podía hacer gimnasia, tampoco correr como el resto de las chicas. Hasta que vine, toqué el Manto y ella fue sanada inmediatamente, sabía que Dios me iba a dar una respuesta. Hoy es una mujer y está bien de salud, incluso tuvo un bebé. Los doctores no lo pueden creer”.
Sufría una alergia crónica
Nilda: “Llegué a la Universal con nervios, vicios y una erupción en todo el cuerpo. Me levantaba con ampollas en la cabeza y en la cara. Se me hinchaban los labios, los ojos y me lastimaba. Los médicos me decían que era sarna, pero yo me negaba a creerlo. Fui a un especialista de piel y confirmó que era una alergia fulminante. Participé los viernes, toqué el Manto y me dije que esa enfermedad debía desaparecer. Así fue, gracias a Dios estoy sana y libre de todo”.
Estaba deprimida y nerviosa
María: “Cuando llegué a la Universal tenía muchos problemas espirituales. Veía sombras extrañas, sufría dolores de cabeza, estaba deprimida y nerviosa. A eso se le sumaban la gastritis crónica, la hernia hiatal, la artrosis y los problemas intestinales.
No sabía qué hacer, era mucho dolor. Pasaba todos los días por la Universal, hasta que un día dije, ‘voy a entrar’. Al tocar el Manto, todo cambió, fui curada y liberada. Hoy tengo otra vida, estoy feliz”.
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