El Ayuno de Daniel fue inspirado por Dios para que las personas tengan el Espíritu Santo.
21 días para desconectarse de las informaciones seculares y sumergirse en las cosas de Dios.
Siempre estamos repitiendo acerca de la importancia de recibir el Espíritu Santo.
Cuando el rey David pecó, se arrepintió de todo corazón, buscó a Dios y se humilló.
La persona puede haber sido la peor del mundo pero, si confiesa, se arrepiente, se aleja de sus pecados y entrega de todo corazón toda su vida, pasa a ser una nueva criatura y Dios le da Su Santo Espíritu.
Un rey tiene muchas regalías, y David las había perdido, pero vamos a ver cuál era su preocupación:
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de delante de Ti,
y no quites de mí Tu Santo Espíritu.
Vuélveme el gozo de Tu Salvación,
y espíritu noble me sustente.”
Salmos 51:10-12
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio…
El corazón es la cosa más corrupta que el hombre puede tener y trabaja con el sentimiento para destruir a las personas.
Para ver a Dios la persona tener que tener un corazón limpio: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mateo 5:8
…renueva un espíritu recto dentro de mí…
Hay 2 espíritus, el del hombre y el de Dios.
David Le pedía a Dios que renovara el espíritu de él para poder andar en rectitud. ¡Vea cuál era su preocupación!
No me eches de delante de Ti…
David siempre había estado en la presencia de Dios y Le pidió que no lo echara.
Una persona que anda lejos de la presencia de Dios está perdida.
David no pidió que no lo echaran del trono o del palacio.
Él no estaba preocupado por esas cosas sino por su alma.
…y no quites de mí Tu Santo Espíritu.
Muchos están preocupados por las cosas materiales, por el “trono”, por la “corona”, por las cosas físicas, en vez de preocuparse por su alma.
David sabía que aunque tuviera trono, palacio, corona en su cabeza y ropa de rey, no valía de nada si no tenía el Espíritu de Dios.
Vuélveme el gozo de Tu Salvación…
Las dos cosas más importantes que existen son la Salvación y el Espíritu Santo.
David pidió por esas dos cosas porque estaba preocupado por su vida espiritual.
El Espíritu Santo es Quien nos consuela y nos hace mantener nuestra Salvación.
Es fácil obtener la Salvación, pero lo difícil es mantenerla.
…y espíritu noble me sustente.”
Cuando la persona Le entrega toda su vida sin reserva a Dios, es imposible que Él no le dé Su Santo Espíritu.
Dios perdonó a David y él volvió.
David no estaba apegado a nada más que a su Salvación, y quería que Dios no lo echara de Su presencia.
Pero la persona que está preocupada por su vida terrena (palacio, trono y corona) no renuncia a todo, y entonces, Dios tampoco le entrega TODO: “Con la medida con que midáis, se os medirá…” Marcos 4:24
David no era un rey cualquiera, él era fuerte. Pero no le importó lo que iban a decir, solo pidió cosas espirituales.
Ese es el camino por el cual estamos andando al hacer esta Campaña netamente espiritual para que haya un avivamiento en todo el mundo el día de Pentecostés.
David no le echó la culpa a nadie, se humilló, se entregó y Dios lo perdonó y volvió a tener Su Espíritu.
La persona que hace como David, recibe el Espíritu Santo que le da sabiduría, la consuela, la guía y la hace vencer.
Piense en esto.
Obispo Francisco Couto